La elegancia Africana
África es la madre de todos los continentes. Su pasado, cultura, patrimonio e historia es inigualable. Sabíamos que para Gbemisola & Atowari el destino Sevilla para su boda suponía un gran salto cultural, así que nos propusimos escuchar sus necesidades, entenderlas, y sólo después, empezar a trabajar.
El briefing fue muy claro desde el primer momento: En esta boda la palabra «no» no existe. Así pues, debíamos estar previstos para cualquier petición de cada una de los 500 invitados que acudían a esta boda desde Nigeria. El más alto standing de Lagos se reunía en Sevilla para presenciar la boda del año de la ciudad africana, y Bodas del Sur sería la cara visible de este evento.
El primer día debía ser una «gala de bienvenida». Así nos planteamos el evento, aunque a priori una bienvenida nunca tiene el carácter de «gala», en este caso debía tenerlo. La localización elegida fue la Casa Palacio IX, uno de los mejores ejemplos de arquitectura sevillana. Pero no era suficiente, necesitábamos contenido que justificase el largo viaje de los invitados a la capital andaluza, por lo que se eligieron diferentes tipos de mobiliario de forja, colonial, lounge… además de rincones de Dom Pérignon, un exquisito montaje de decoración floral, una propuesta de alta gastronomía andaluza, y un estudiado proyecto de iluminación y sonido.
Los asistentes quedaron maravillados con la bienvenida que Gbemisola & Atowari habían organizado para ellos. Para poner la guinda al pastel, un espectáculo flamenco de altos vuelos para dejar en sus memorias este evento grabado de por vida.
La lluvia en Sevilla es una Maravilla
Es una maravilla cuando tienen un plan B para 500 personas, obviamente. Ése fue el gran reto de esta boda: a cuatro días se confirmaba el mal tiempo para el día de la boda y teníamos que hacer brillar un Sol inexistente de manera que hiciese sombra al habitual Sol sevillano. Y lo hicimos.
La ceremonia religiosa fue en una conocida iglesia del centro de Sevilla. Los sevillanos, al ver semejante espectáculo de colorido y elegancia de los invitados, decidieron no perderse la entrada de la novia, y fue necesario incluso improvisar el corte del tráfico de la céntrica calle sevillana. Ella entró en la iglesia con la naturalidad de las personas acostumbradas a los grandes eventos. Él la esperaba en el interior, frente a un retablo único en el mundo.
La recepción fue en la Hacienda XXIII. A pesar de sus grandes dimensiones, el montaje de la cena era de tal complejidad que tuvimos que complementar los espacios interiores con una carpa de 1.000 metros cuadrados en la que mantener el montaje en imperial que se había planteado en los jardines, con un seating concreto ideado en azulejos pintados a mano y un protocolo estricto. Previamente, el cóctel quedó amenizado por una banda cubana y un espectáculo ecuestre, además de cientos de detalles…
Como los mejores platos, la fiesta se había cocinado a fuego lento desde meses atrás: mobiliario, rider técnico, montajes en 3D, suelos de linóleo, y un largo etcétera . Así que, después de los fuegos artificiales, por fin vimos como tantos meses de trabajo se materializaban en una fiesta que seguro no se olvidaría.
Último evento para unos invitados enamorados de Sevilla
Queríamos cerrar esta magnífica boda con un Brunch relajado, divertido, ameno. El protocolo había quedado atrás, y ahora tocaba el último adiós, las últimas risas, y los abrazos largos.
La localización elegida permitía a los invitados llegar en taxi, o incluso andando desde el centro de Sevilla (Casa Palacio VII) con lo cual no había un timing concreto, no había prisas, todo estaba dispuesto para relajarse, tomarse un cóctel, probar la exquisita propuesta gastronómica con una copa de champagne, y escuchar buena música.
Os dejamos con una foto del equipo después de 72 horas de evento…
Good Job, Bodas del Sur!
